jueves, 29 de abril de 2010

Nueva Orleans

A finales del siglo XIX, Nueva Orleans se convirtió en la Marsella americana, un puerto cosmopolita lleno de comerciantes, marineros, estafadores, mafiosos y prostitutas de todas las nacionalidades. Para solucionar los constantes problemas de orden público un tal Sidney Story, concejal de la ciudad, propuso crear una zona de prostitución tolerada que tomó el nombre de su creador, Storyville. Esta zona limitaba con el famoso y animado Barrio Frances de Nueva Orleans y pronto substituyó a este como lugar de diversión. Allí la prostitución se hizo un negocio floreciente y se abrieron cientos de burdeles que al mismo tiempo ofertaban música en directo. Fue en esos burdeles con la música negra de fondo donde la marihuana se convirtió en parte integrante de la era del jazz.


No solo los musicos de jazz consumían marihuana pero enseguida se la identificó con aquella música de negros, y los blancos, que aunque más poderosos economicamente eran minoría en una proporción de cuatro a cinco, (pese a que a los negros les llamaran minoría racial), comenzaron a sentirse amenazados por aquellos que hasta hacía bien poco era sus esclavos. Así que identificaron negro, música salvaje, conductas delictivas y marihuana. Y cuando un músico de color fue acusado de falsificar recetas médicas para conseguir marihuana, encontraron la excusa perfecta. La marihuana, advirtió el gobernador de Louisiana John M. Parker, es "un poderoso narcótico, provocando euforia, embriaguez, alucinaciones delirantes, y su acción posterior, somnolencia y estupor ..." e instó a que se hiciera algo acerca de aquella terrible amenaza para la sociedad.

No pasó mucho tiempo hasta que los periódicos de Nueva Orleans se dieron cuenta de que podían aumentar su tirada atacando a la marihuana junto con los habituales ataques a la gente de color y emprendieron una delirante campaña publicando una serie de artículos que sirvieron para despertar la conciencias puritanas. En tono sensacionalista sus titulares azuzaban a la opinión pública blanca sobre los peligros de negros enloquecidos por la marihuana. El racismo hizo el resto. Los músicos empezaron a ser perseguidos. Louis Armstrong fue detenido y encarcelado diez días por fumarse un porro. Desde 1910 hasta el final de la decada de los 30, los políticos de Nueva Orleans llevaron a cabo una constante campaña racista, atacando al mismo tiempo el consumo de cánnabis que hacían la gente de color. Hasta que por fin el estado de Louisiana empujado por las presiones de Nueva Orleans, en 1923 prohibe la marihuana y todos los demás estados empiezan a tomar ejemplo. Para 1927 ya eran diecisiete estados lo que se habían unido a la prohibición. La guerra al cánnabis había comenzado.


Billie Holiday & Louis amstrong - Farewell To Storyville