Alfonso Guerra está corriendo por el Congreso de los Diputados, escaleras arriba, escaleras abajo, entre los escaños, cuando ve a José Luís Rodríguez Zapatero que se está haciendo un porro. Alfonso se para y le dice a Zapatero:

- Amigo Jose Luis, no te fumes ese porro. Mejor te vienes a correr conmigo, ya verás que sano es correr un buen rato.

Zapatero se lo piensa y decide tirar el porro y seguir a Alfonso Guerra. Los dos están corriendo por el Congreso y descubren a Mariano Rajoy a punto de esnifarse una raya de cocaina. Alfonso Guerra se acerca a Rajoy y le dice:

- Amigo Mariano, deja de esnifar coca y vente a correr con nosotros, verás que bien.

Rajoy se lo piensa, tira su espejo con la raya y decide seguirlos. Están los tres corriendo cuando, de pronto, se encuentran con Felipe González que está a punto de inyectarse una dosis de heroína. Alfonso Guerra le dice:

- Amigo Felipe, deja el pico y ven a correr con nosotros, ya verás lo bueno que es.

Felipe González se acerca a Alfonso Guerra y le pega un tortazo monumental. Los otros dos Diputados, escandalizados, preguntan a Felipe González:

- ¿Por qué has hecho eso? ¡Alfonso solo quiere ayudarnos a dejar la droga!

Y Felipe González responde:

- ¡Es que este Alfonsito Guerra gilipollas me hace correr como un imbécil cada vez que se toma una pastilla de éxtasis!