lunes, 14 de diciembre de 2009

Elaboración de hachís y aceite

El hachís es lo que fuman los entendidos. El hachís son las cabezas de resina de los tricomas glandulares, que se recogen, prensan y moldean. Cuanta más resina contenga la materia prima, mejor será el hachís. La resina puede ser recogida raspándola de las manos después de manipular plantas resinosas o cogollos. También puede ser raspada de las herramientas utilizadas. La resina puede recogerse separándola del follaje y dejándola caer a través de un tamiz. O puede separarse del follaje sirviéndose de agua fría y mallas.



Antes de hacer hachís
Asegúrate de que tus plantas estén tan limpias como sea posible. Cualquier residuo aceitoso en las hojas acabará en el hachís. Por ejemplo, si se extrae la resina con agua, puedes ver los residuos de impurezas como una capa brillante de aceite en la superficie del agua. Durante el mes previo a la cosecha, no apliques ningún producto químico perjudicial que deje residuos. Es preferible utilizar solamente productos orgánicos hidrosolubles con el fin de evitar riesgos potenciales para la salud del consumidor.
Lava las raíces de las plantas con agua entre 7 y 10 días antes de la cosecha para eliminar los fertilizantes acumulados en la tierra y el follaje. Esto ayudará a conseguir un hachís limpio y de sabor dulce.
Primero, congelar. Se obtiene más resina si se logra que el follaje y las glándulas de resina estén quebradizos. Cuando las frágiles cabezas de las glándulas de resina están frías, se desprenden y separan con facilidad. Una vez secos, congela inmediatamente los recortes vegetales a modo de preparación para fabricar el hachís. Deja las hojas en el congelador durante una hora o más. Luego, sácalas del congelador y utiliza uno o varios tamices –en seco o con agua– para separar las cabezas glandulares del follaje.
El rendimiento de 200 gr de hojas y pequeños cogollos suele ser entre 6 y 20 gr, con una media de 10 gr. La cantidad de hachís que se produce depende, en gran medida, de la calidad del material original. Retira todo resto de tallos, materia inerte, hojas grandes sin resina visible, y otros desechos de las hojas y cogollos antes de hacer hachís con ellos. Las plantas macho contienen resina con THC, pero en una cantidad total muy inferior a las plantas hembra. Las plantas al aire libre están sometidas al viento, la lluvia, el polvo, etc., lo cual puede impedir el desarrollo de la resina o causar que gran parte de ésta se estropee o caiga de la planta. Al vivir en un ambiente protegido, las plantas de interior son capaces de exudar tanta resina como les es posible. Estas plantas, con resina abundante, dan el mejor hachís. Se obtiene un hachís magnífico a partir de los recortes más cercanos a los cogollos.
Las variedades con predominancia sativa tienen las cabezas de los tricomas más pequeñas que las variedades con dominancia indica. Los tamices de mallas más finas resultan eficaces para separar las cabezas de resina más pequeñas.

Polen. En Europa y otras partes del mundo, el polvo tamizado de resina se conoce como polen. Este término se usa porque los dos tienen un aspecto similar, pero el polvo de resina no es polen. Cuando oyes a alguien hablar de polen, sabes que se refiere al polvo de resina.

Fuente: Jorge Cervantes