lunes, 14 de diciembre de 2009

Hachís extraído a mano

Extraer hachís a mano es simple y fácil, pero resulta horriblemente ineficiente y derrochador. Todo lo que necesitas para ello son un par de buenas manos, los cogollos adecuados de cannabis y ganas. Mucha de la resina cae al suelo, se pierde en el interior de los cogollos o acaba pegada al follaje. En general, el hachís frotado a mano es de menor calidad que el hachís tamizado o extraído con agua, y contiene más impurezas.



El frotado a mano es más habitual en las regiones de Nepal, India y Cachemira a los pies del Himalaya, donde el charas (palabra india para designar el hachís frotado a mano) es bastante común. La mayoría de los cultivadores comerciales y a pequeña escala van reuniendo, poco a poco, el hachís que se acumula en sus manos y utensilios durante la manicura de las plantas; esto es lo más cercano al hachís extraído a mano que experimentan la mayoría de los cultivadores.
Las plantas más adecuadas para el frotado a mano son aquellas con una resina pegajosa que se adhiere a las manos mucho más fácilmente que al resto del follaje. Al mismo tiempo, la resina debe ser relativamente fácil de enrollar para poder retirarla de las manos.
Lleva a cabo la extracción manual de resina en plantas maduras, fuertes y saludables, con hojas verdes. No obstante, puede que algunas hojas grandes hayan comenzado a volverse amarillas. Elimina el follaje muerto, crujiente y de color marrón antes de empezar a restregar. Recuerda que las plantas de cannabis son bastante duras en general, y que pueden soportar una fricción vigorosa pero no abusiva.
Una vez recogida en las manos, no debe permitirse que la resina incluya otras partículas o restos de follaje. Debería resultar fácil separar cualquier materia extraña que se haya adherido a las manos llenas de resina.
Recolecta la resina frotando firmemente entre las manos, una a una, las ramas florecidas. Con lentitud, mueve las manos desde el cogollo hacia arriba, frotando continuamente adelante y atrás. Restriega las palmas y los dedos entre los racimos florales cubiertos de resina para que entren en contacto con tanta resina como sea posible. Cada rama debería frotarse entre 20 y 30 segundos o más. Tras restregar unas pocas ramas, coges el ritmo hipnótico e intoxicante. Las fragancias aromáticas se liberan a medida que vas frotando cogollos.
Al principio, la resina se pega despacio a las manos pero, una vez que éstas se han cubierto con un ligero brillo de resina, el proceso de acumulación se acelera. Sacúdete de las manos los restos de follaje y demás partículas a medida que se adhieren para que la resina se mantenga razonablemente pura.
Para retirar la resina de las manos, frota las palmas de las manos una contra otra para que la resina se una en pequeñas bolas pegajosas. Al principio, la resina se apelotonará relativamente rápido. Amasa las bolas unas con otras para formar una sóla pieza. Usa esta pieza para restregar la resina que aún te quede en las manos y, así, ayudar a retirarla. Si las manos están húmedas o sudorosas, seca la humedad con una toalla de papel antes de retirar el hachís.
Una vez recogido, amasa el hachís en la mano hasta que alcance la consistencia deseada. El hachís extraído a mano se disfruta al máximo en las semanas siguientes a su recolección. Extraer hachís a mano lleva tiempo. Un recolector medio puede estar frotando todo el día para recoger entre cinco y diez gramos escasos.
Fuente: Jorge Cervantes