jueves, 15 de abril de 2010

El Informe Macacus

Allá por el año 1974, en el soleado estado de California existían múltiples paralelismos y semejanzas con la situación actual. Tenían como gobernador a un actor malísimo, Ronald Reagan, candidato del Partido Republicano y futuro presidente de los Estados Unidos. Otro motivo de similitud es la importante presión social a la que se han visto sometidos los dos gobernadores,a los largo de sus mandatos,para que legalizaran la marihuana. Pero ahí se acaban los parecidos. Ronald Reagan no tenía los músculos de Arnold Schwarzenegger y sus mayores éxitos cinematográficos no pasaron de algún western mediocre.


Reagan no estaba por la labor de legalizar la marihuana, más bien todo lo contrario .Mayormente, desde que en 1969, al principio de su mandato, un loco llamado Charles Manson, que consumía marihuana, LSD, anfetaminas y que seguramente se bebía hasta el agua de los floreros, perpetró junto con miembros de su secta, una terrible masacre, torturando y asesinando a cinco personas, entre ellas a la actriz Sharon Tate, en avanzado estado de gestación y esposa del director de cine Roman Polanski. Por eso, cuando a mediados del años 74, el Dr. Robert Heath,fundador del Departamento de Psiquiatría y Neurología de la Universidad de Tulane , publicó el Informe Macacus con resultados muy negativos para la marihuana, Reagan consiguió unos supuestos argumentos científicos con que hacer callar al movimiento legalizador.

Es este informe el Dr. Heath, aseguraba que a los monos Macacus Rhesus, inocentes víctimas del estudio, se les atrofiaba el cerebro y morían transcurridos noventa días de estar sometidos a treinta porros diarios. Según este doctor tras abrir los cerebros de los primates muertos, supuestamente por el cánnabis y compararlos con el cerebro de los monos no fumadores estos últimos tenían un numero superior de neuronas vivas. El gobernador Reagan lo tuvo claro, imposible legalizar una substancia que hace tanto daño a unos simpáticos monitos.

Todo hubiera quedado así, si la revista Play-boy y la organización pro-legalización NORML, tras seis años de peticiones no hubieran conseguido una relación detallada de los procedimientos seguidos en la investigación del famoso estudio. La metodología consistía en atar los monos a una silla y mediante una mascara antigas se le suministraba el equivalente a sesenta y tres porros de marihuana colombiana, !!en solo cinco minutos!!, con lo que naturalmente aquel bestia, perdón científico, lo que conseguía era asfixiar a un pobre animal que suele medir unos sesenta centimetros aproximadamente.

Nuestro buen amigo el Dr. Robert Heath no se conformó a lo largo de su vida en torturar y asesinar monos en favor de la mentira. Después de investigar en el campo del control de la mente, pasó a trabajar directamente para la CIA en diversos experimentos sobre estimulación eléctrica del cerebro humano. Curiosamente el Dr. Heath también llevó a cabo numerosos experimentos con la mezcalina , el LSD y el cánnabis para el ejercito de los Estados Unidos. Murió en 1999 y espero que allá donde esté haya unos monitos que lo inviten amablemente a una fumar marihuana... con una mascara antigas.