sábado, 6 de marzo de 2010

Malos imitadores

"Spice", fue el nombre comercial de una mezcla de hierbas que se empezó a vender allá por el 2002 en algunas smartshop europeas y por Internet en algunos otros países como Australia y Canadá.
Aunque se publicitaba como un incienso, útil en aromaterapia, su fin más que evidente era fumarselo. Entre sus componentes declarados , hierbas tan inocentes como el frijol de playa (cavalia rosea), una enredadera que crece en algunas playas tropicales, o la Nymphaea caerulea, conocida también como el lirio de agua azul egipcio o lirio azul sagrado, que es un nenúfar usado desde la antiguedad como perfume.

 Desde el año 2008 el "Spice" fue prohibido en la mayoría de los países ya que al analizar este producto descubrieron trazas de un potente cannabinoide sintético, el CP-47497, desarrollado por el laboratorio Pfizer, famoso entre otras cosas por su conocida pastillita azul.

Algo parecido está pasando en la actualidad ,pero esta vez en Estados Unidos. Se trata de "K2", otra mixtura de diferentes hierbas, todas inocuas, legales y muy parecidas a las del "Spice". La diferencia estriba en que esta vez te lo venden como un incienso de apoyo a la meditación. En este caso parece ser que está tratado con JWH-018, un compuesto sintético que imita al THC, la sustancia psicoactiva del cannabis, con la diferencia que el JWH-018 no está todavía en la lista de substancias prohibidas aunque ya lo tienen en el punto de mira , diversas agencias federales con el fin de prohibir el "K2".Las informaciones y los comentarios en los foros son confusas, unos dicen que es algo muy suave, otros dicen habérselo comido. Hay quien ha tenido problemas respiratorios. Incluso se comenta que voluntariamente está dejando de comercializarse.

¿Que está pasando? Nada que deba preocuparnos,una maniobra más de distracción aprovechando la confusión. Un episodio más con que alimentar la esquizofrenia de los que no son capaces de comprender, que debajo de mi piel mando yo. Décadas de prohibición han convertido la guerra contra las drogas en un delirante, caro y peligroso juego del gato y el ratón, siendo el ratón el consumidor,y en el papel de gato se han complementado a la perfección los legisladores y los narcotraficantes dispuestos a reprimir y a expoliar al consumidor, unos con sus multas y los otros con sus precios prohibitivos.

A estos se unen de tanto en tanto las fuerzas del mercado, que buscando su parte del pastel, tantean las fronteras de la legalidad, aprovechando cualquier hueco en la legislación para introducir unos nuevos productos que nadie sabe decir muy bien que son. De momento se cubren las espaldas ante posibles demandas advirtiendo que el K-2 no es para el consumo humano. No debemos consentir que estas malas imitaciones del cánnabis, si es lo que realmente pretenden ser,cargadas artificialmente de productos sintéticos, nos puedan engañar, y apartarnos de nuestro objetivo principal que es la legalización del cáñamo , el fomento del autocultivo y un consumo responsable. Pero sobre todo, lo importante es saber lo que nos metemos.