miércoles, 17 de febrero de 2010

Christianía, ciudad libre

En 1971, un grupo de hippies y activistas políticos ocuparon un cuartel militar recien abandonado, en el centro de Copenhague (Dinamarca). Se instalaron en los edificios militares vacíos y lo declararon "zona liberada". Desde allí hicieron un llamamiento a los jóvenes y  a todos los que buscaban una forma de vida alternativa.Poco después, muchos artistas, estudiantes, intelectuales y profesores universitarios se trasladaron al antiguo recinto militar de 35 hectáreas y comenzaron a hacer una renovación de  de los mejores edificios  del cuartel.  


La comunidad creció hasta llegar a tener más de mil habitantes y el área fue declarada "Ciudad Libre". Se le dio  el nombre Christiania. Los  socialdemócratas, que por entonces gobernaban Dinamarca lo consideraron un "experimento social", y en 1973 se comprometieron a permitir que los ocupantes  permanecieran en Christiania por lo menos tres años.  Los años siguientes el gobierno danés intentó desarrollar nuevas formas de gobierno, basado en la negociación, respetando  Christania como una "sociedad alternativa".

Allí en pleno centro de la capital danesa, surge de esta manera una nueva forma  de vivir en libertad.  Basado en el derecho de uso y no  en el derecho de propiedad. Autogestión, reciclaje de residuos,  pacifismo, escuelas alternativas, no pagar impuestos y por supuesto,aceptación  total en el uso del cánnabis. Hoy, casi cuarenta años despues, Cristianía se ha mantenido, aguantado todo tipo de presiones, desde asaltos policiales hasta tener que expulsar del barrio a los traficantes de heroína.

Por supuesto, una característica de Christiania es el olor  a marihuana por casi todas partes. Hasta 2004, las autoridades toleraban la apertura de comercios de cannabis, pero la polémica demolición de una calle famosa, la "Pusher Street", puso fin a esta situación.En ese mismo año, el comercio de cannabis fue completamente frustrado por una masiva represión policial para poner fin a todo el tráfico de drogas. Hoy en día el "camelleo" no se ejerce tan libremente. Aunque Christiania es un experimento utópico, la naturaleza misma de su sociedad ha provocado ciertos conflictos violentos con la policía danesa.  

Y es que policía danesa y los políticos siempre han visto Christiania como una constante molestia y han promovido a lo largo de los años, varias medidas para “normalizar” la ciudad, intentando que pagaran alquileres. Algo impensable para un okupa.  Casi cuarenta años despues de su fundación hay una especie de compromiso no escrito entre la policía, los políticos y  los habitantes de Christiania. Este statu quo ha conseguido que los conflictos violentos hayan desaparecido casi por completo , aunque Christiania aún sigue, a día de hoy, manteniendo en el aire, ese delicioso aroma de marihuana.