jueves, 4 de marzo de 2010

Hacerse el sueco

Un individuo entra en una comisaría del sur de Suecia. Avanza tambaleante hacia el mostrador y dirigiéndose a uno de los agentes le manifiesta que quiere presentar una denuncia por la mala calidad del hachís que había consumido. No contento con eso y puestos a dar pistas, pidió que buscaran indicios de LSD en una muestra del hachís que previamente había consumido. El policía, que debió flipar en colores, le preguntó si tenía algún indicio para sospechar que su hachís estaba adulterado con algún tipo de sustancia alucinógena.



El joven de 23 años le contestó si le parecían suficientes indicios que su televisión hubiera empezado a hablar con él, mientras intentaba absorverle por la pantalla. Y que cuando fue a avisar a su novia esta estaba sufriendo una metamorfosis. Dentro de un escenario de pesadilla juraba que su novia se estaba convirtiendo en un delfín. Y que en los diez años que hacía que consumía cánnabis nunca había tenido un viaje tan malo. De eso, podemos estar seguros y si no que se lo pregunten a la novia.

La noticia sale publicada en un periódico digital sueco, y tiene visos de cierta verosimilitud no contrastada. Me pregunto si le aplicaran las leyes suecas en materia de drogas, que vienen a ser "más o menos" como las leyes españolas, pero en sueco. Por poner un ejemplo, de "similitud", hace poco días un cultivador ha ganado una querella contra la incautación de la marihuana que cultivaba con fines medicinales. El estado sueco ha sido condenado a pagar diez mil coronas (unos mil euros). Nuestro hombre "solo" ha tenido que tirase diez años de juzgado en juzgado. Pues eso, cómo aquí ,que tardan lo mismo pero sin despues cobrar una indemnización por la incautación de tus plantas. Parecido, ya digo.

Ha sido un largo periplo lo que han tenido que recorrer los cultivadores suecos. En el año 2000, un grupo de agricultores solicitaron permiso para cultivar cánnabis con fines medicinales. Permiso que fue denegado por la Agencia del Medicamento sueca basándose en las directrices de la Unión Europea. Lo paradojico del asunto es que algunos de los cultivadores se acogieron a una nueva directriz de la U.E. de mayo del 2001 y consiguieron hasta doscientos euros de subvención por cosecha. Sólo tuvieron que decir que era cañamo industrial.

A lo largo de los años nunca ha sido percibido como un problema el consumo de cánnabis en los países escandinavos. Otra cosa ha sido el uso de anfetaminas, que hace unos años, sí creó serios problemas de adicción entre diversos segmentos de población. sobre todo amas de casa que querían adelgazar. En los años sesenta se podían encontrar hasta quince marcas comerciales de anfetaminas en las farmacias suecas. Y sin receta médica. Un anuncio en la radio de Estocolmo, decía "dos pastillas son mejor que un mes de vacaciones". Los laboratorios farmaceuticos hicieron su agosto, como suele ser habitual, pero no solo en Suecia, incluso en España por las mismas fechas,un anuncio en la prensa española anunciaba un fármaco con anfetaminas como adelgazante (el famoso Bustaid que desapareció en 1983). Y que se sepa nadie vio nunca delfines, solo alguna madre hiperexcitada e hiperactiva.