miércoles, 10 de febrero de 2010

Deporte y cánnabis

Ya ha pasado un año desde que Michael Phelps, ocho veces campeón de natación en los Juegos Olímpicos de Pekín 2008, fue suspendido por la Federación de Natación de EEUU. La causa de tal suspensión vino a raíz de unas fotografías donde el atleta aparecía fumando marihuana en un bong. Sus patrocinadores amenazaron con retirarle su apoyo económico obligando al nadador a reconocer que había cometido un error y a entonar un emotivo "mea culpa". La hipocresía de estos se demostró cuando compararon la fumada de Michael, con un accidente de tráfico que tuvo hace unos años bajo los efectos del alcohol. Me pregunto yo, que tendrá que ver fumarse una "pipa" en tu casa tranquilamente a estrellar tu coche en una carretera cuando llevas una "papa" como un piano.


Pues bien, en el baloncesto de Uruguay, dentro de lo que va de temporada han sido tres los positivos en marihuana. Esta vez ha sido el jugador de 32 años Mauricio González quien ha protagonizado el tercer positivo de la actual temporada de la Primera División del baloncesto uruguayo, después de los casos detectados en Nicolás Barrera y Federico Haller, informó hoy la prensa local. González, que mide 1,93 metros y juega en el Sayago, no superó el control antidopaje que le realizaron el pasado 24 de noviembre tras el partido disputado contra el Anastasia de Fray Bentos.

Tras conocerse el positivo de Haller, que fue el segundo caso, el propio jugador indicó que la mayoría de los jugadores de baloncesto uruguayo fuman marihuana asiduamente o lo han hecho alguna vez. "No me interesan lo que digan de mí porque la marihuana está en todos lados. El 80 por ciento de los jugadores de baloncesto fuma o lo hizo alguna vez", afirmó el baloncestista, de 21 años, en declaraciones publicadas hace una semana por el diario "La República".

En Uruguay el consumo de marihuana no es considerado un delito, sino una falta, y en caso de detención los involucrados suelen ser sometidos a tratamientos de desintoxicación sin privación de la libertad. Desde hace años varios grupos juveniles, con el apoyo de otros sectores de la sociedad uruguaya, reclaman la liberalización del consumo de marihuana y que sólo sea penado el tráfico.

Para los prohibicionistas es una verdadera ducha fría cada vez que un deportista de elite reconoce, voluntariamente o no, que consume cánnabis. Todas sus campañas se pueden hacer añicos si el público se da cuenta de que la marihuana no es cosa del mundo marginal, sino que verdaderos atletas hacen un uso razonable y que siguen triunfando en un mundo tan selecto como es el mundo del deporte de elite.